En relación con el texto de 1985 de Michel Foucault, “La vida: la experiencia y la ciencia”, he sostenido que se trata –en relación con una genealogía del concepto de vida tal como Georges Canguilhem lo ha elaborado respecto de la filosofía de la ciencia francesa y de las ciencias de la vida– de producir un concepto de de vida inmanente a las prácticas de lo político.
Cuando en su texto La condición humana Hannah Arendt trabaja el concepto de vida, tal se halla puesta en relación con una genealogía de prácticas –labor, trabajo y acción– y siempre señalando la dicotomía griega zoe/bios. La “vida digna de ser vivida”, vida consagrada a la acción, ha desaparecido o quedado reducida, en la época moderna, a la pura reproducción biológica, a las necesidades y al criterio del placer o del dolor individual. Arendt le llama a eso: “concentración de la vida del cuerpo”, “pérdida de la experiencia humana” o “desnuda necesidad de mantenerse vivo” –con todas las referencias a los campos de exterminio nazi y sus técnicas de deshumanización, pero también a las técnicas de alienación del mundo. Así, el concepto de vida queda ambiguo entre la práctica política y el empobrecimiento práctico.
Por su parte Foucault entrelaza en el concepto de vida varias palabras que hacen un entramado muy útil. El azar para señalar perturbación e invención, el error que señala la posibilidad de valorar formas diferentes de regímenes de verdad, el concepto como respuesta al azar, lo vivo –y no la vida general– para señalar la especificidad. Así, lo que Foucault hace es un experimento conceptual para producir “otro modo de aproximarse a la noción de vida” –a diferencia del que produce la escuela de Frankfurt o el de la hermenéutica. Ello en relación con la valoración de Foucault de “tomar como punto de partida a las formas de resistencia contra las diferentes formas de poder”; es decir, “la oposición del poder del hombre sobre la mujer, la de los padres sobre los niños, la de la psiquiatría sobre la enfermedad mental, la de la medicina sobre la población, la de la administración sobre la forma de vivir de la gente.” Que son “luchas [que] giran en torno a la pregunta: “¿Quiénes somos nosotros?”. (Cf “El sujeto y el poder”)
De ello que tal concepto pueda sernos de utilidad al poner en cuestión el concepto de vida que celosamente se halla subtendiendo los derechos humanos. Se me ocurre que las estrategias que permite que pongamos en operación podrían ser las siguientes, sin agotarlas:
- Deshacernos de referencias al individuo moderno –Foucault señala “la temporalidad de la especie”;
- deshacernos de referencias a regímenes de verdad que establezcan lo normal como determinante de las prácticas; y
- deshacernos de la referencia a una vida universal y abstracta, empobrecida.
Interesante Francisco. Me gustaría sin embargo hacer algunas anotaciones a tu texto e incluir algunos comentarios más.Creo que ambos autores (Arendt y Foucault)aconsejan reflexionar sobre el concepto de vida y la vida misma (¿qué sería esto: pura vivencia sin experiencia?) desde lo siguiente: no hay vida pura, y tampoco concepto absoluto puro o abstracto de vida. esta debe pensarse en relación con ciertas condiciones. Estas son evidentemente ideológicas, políticas, económicas, etc. Según ambos autores la preeminencia de esas condiciones dependerá de la hegemonía que instrumenten sobre lo social. Porque, sin duda la vida es social para ambos, no individual. Tomando en cuenta estas condiciones de la vida el término “deshacerse” resulta complicado. ¿Cómo deshacerse de condiciones de la vida cuando ya no es la revolución la uto`pía designada? La crítica por otra parte puede ser tanto discursiva como no discursiva e introducir cierta distancia entre el individuo y sus condiciones de existencia, condiciones que vivimos de manera imaginaria. Algunos mítica o mágica, otros ideológica (acción de la interpelación), etc. La crítica se ubica y muestra las mediaciones entre ind y condiciones o bien muestra que quizás la noción de individuo enfrentadpo a lo social o a lo político es no muy recomendable para pensar lo que queremos pensar. Sigamos pensando entonces.Ana María
Pues antes de responder, mando este vínculo-e de un texto de Maurizio Lazzarato que puede servir como pretexto para seguir pensando: http://multitudes.samizdat.net/Del-biopoder-a-la-biopolitica
¿Lo que se está queriendo decir es que?… si el termino vida funciona de forma determinante, entonces se conforma como concepto a partir del cual se juzga como debe o debería ser una conducta, por eso el termino es problemático ¿Cuál sería la forma capaz de abarcar la totalidad de posibilidades de vivir o de hacer vida? es evidente que tal proceder reduce las posibilidades de inventar nuevas formas de entender la vida o de hacer vida. El problema es que esto resulta peligroso, ya que el uso que se hace al abstraer dicho concepto y mecanizarlo permite fundar políticas o leyes, además de obligar a un proceder único respecto a ciertos comportamientos, por tanto impide usos y aplicaciones más allá de los políticos o legales. Entones el trabajo de la crítica es atravesar esas aplicaciones y mostrar como son posibles otros, quizá unos que repercutan en las costumbres de tal manera que hicieran comprensible un límite a la violencia, un límite más allá de lo que dictan los derechos o las leyes ¿es en ese sentido que la crítica deber trabajar para reformular el concepto de vida?
En efecto F. Salinas: no se trata de plantear un concepto de vida universalizado ni que clausure como bien dices todo futuro o toda diferencia. Se trata de pensar críticamente el concepto de vida que se nos ofrece en este o aquel autor. Crítica quiere decir en este contexto el análisis de los usos prácticos de la noción, su incidencia en la política, en teorías normativas, etc., e intentar proponer en relación con la lectura crítica otra noción, esta vez no normativa ni reglamentada de vida producto de experiencias no estandarizadas.
Estoy de acuerdo con ambos, sólo quiero insistir en dos cosas:1) para Ana María y Fancisco Salinas: por supuesto, y no quiero volver a ello, no se trataría de un concepto universalizado de vida que empobrezca las capacidades de las prácticas, etcétera, mi texto trataría de diferenciar los usos y alcances de los conceptos tal como los ponen en operación Arendt y Foucault. De acuerdo a sus intereses, problemas, perspectivas, contextos. etcétera;2)de allí mi acercamiento, para evaluar lo que los conceptos de vida de Arendt o Foucault nos permiten o no criticar, hasta donde nos ayudan a pensar lo que pretendemos.