Dra. Alicia Pino
Grupo de Investigación sobre Estética, Cultura, y Arte.(GISECA)
Instituto de Filosofía
Cuba
Resumen:
La sociedad actual vive procesos de transformación estructural que existen bajo signos globales de relación. Esto significa, desde cualquier proyecto alternativo a la globalización impuesta como modo de dominación desde el capital, la necesidad de reinterpretar y reconstruir el conjunto de nociones con las cuales entendíamos como ser y existir en la sociedad. Partiendo de aquí nos proponemos cuestionarnos sobre cómo interpretar la información en esta nueva relación y mediación que establece con la cultura, la estetización, el arte; y cómo interpretar la información en la relación establecida entre consumidor, producción y productor. Por tanto el peso que tiene en esta forma de ser ciudadano y en la construcción de sus ideales y valores, su sensibilidad e imaginarios, gustos y formas de significación y simbolización.
Palabras claves:
Espectáculo, información, alternativas, consumo, expectantes, medios de comunicación.
Introducción
El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación
que se transforma en imagen
Guy Debord
¿Qué tipo de desarrollo socioeconómico y político
puede dar más sustentabilidad a la cultura?
Nestor García Canclini
La sociedad actual vive procesos de transformación estructural que existen bajo signos globales de relación, con ello se transforman las bases sobre las cuales construimos e interpretamos el saber. Esto significa la necesidad de reinterpretar y reconstruir el conjunto de nociones con las cuales entendíamos como ser y existir en la sociedad desde cualquier proyecto alternativo a la globalización impuesta como modo de dominación desde el capital.
Se trata entonces de re-analizar la interpretación de los modos de vivir, y las estrategias de formación y de cambio en tales procesos, partiendo de la actualización de los referentes contextuales.
¿Cómo interpretar la información en esta nueva relación y mediación que establece con la cultura, la estetización, el arte?; y cómo existe en la relación establecida entre consumidor, producción y productor. Al mismo tiempo, qué papel tiene en esta forma de ser ciudadano y su formación ideológica política, en sus ideales y valores, su sensibilidad e imaginarios, gustos y formas de significación y simbolización. Lo que significa evaluar los componentes que hoy son determinantes en el espectáculo: el placer y la seducción.
Nuestro propósito sería establecer un diálogo sobre la pertinencia o no, en el papel de la información y sus modos y formas de impacto en la construcción social opuestas y alternativas al capital, aunque esta indagación lleve mas a cuestionamientos que ha respuestas, pero partiendo del principio de que tales cuestionamientos componen uno de los aspectos cruciales del saber y de construir el conocer.
Bajo un imperativo noble y bello asumimos con convicción que lo esencial era invisible a nuestros ojos y que sólo se ve bien o correctamente con el corazón. Hoy, al decir de Bourdieu, el sociólogo francés: para ser, hay que ser en la televisión; lo que nos coloca francamente ante una paradoja.
Ante esta paradoja discutir sobre la relación entre información y espectáculo, comprende, al menos, la respuesta a tres preguntas: ¿Que peso y significación tiene para los receptores, públicos o en fin los consumidores de la información, su carácter o distinción como espectáculo? ¿Con que medios contamos en los procesos alternativos para construir-producir tal información espectacular? De acuerdo con el interés de productores y consumidores de la información ¿que paradigma?, ¿cual mirada? vamos a tener en cuenta para producir y trasmitir la información de forma espectacular.
No producimos y consumismo descontextualizadamente. En los proyectos de construcción social opuestos al capital, lo hacemos desde principios básicos que tienen como objetivo el mejoramiento humano, la justicia social, la formación y educación, la inclusión de todos y el respeto a la diversidad.
El análisis , por tanto, está contextualizado doblemente: desde nuestro proyecto y desde la propuesta hegemónica global; propuesta que domina en sentido tácito un mundo interconectado en redes y flujos de información que determinan no sólo, y en primer lugar, el sostenimiento económico del capital, sino que adicionalmente, para hacerlo, construye a su manera la identidad de hombres y mujeres a través de su propuesta de ser ciudadano, un modo de producir significaciones, por tanto un consumidor diseñado por la información sobre como ser en el mundo de hoy, donde el espectáculo no es simple puesta en escena es propuesta de significación que adicionalmente debe ser vendible y dar dividendos, ser rentable.
Si revisamos tanto, los criterios sobre la relación del consumidor con la propuesta producida (y esta es la relación esencial de lo que nos ocupa) , tanto en la teoría mas abstracta o las investigaciones empíricas, se da por hecho que invariablemente tres signos deben garantizar que esta relación fluya, exista, prospere, sea rentable, mejorada, sostenible, conveniente, apropiada, eficaz y otros: seducción, placer y espectáculo.
A primera vista parece fácil dilucidar que cuando hablamos de placer y seducción nos referimos a lo que debemos lograr en el consumidor y el mediopara lograrlo, que depende del área y de la creatividad de la producción, es el espectáculo.
La realidad es que de cada uno de los problemas y aspectos mencionados, sin desconocer que existen una multitud de otros pertinentes, se pueden realizar cuestionamientos y relaciones de naturaleza compleja y actual, que este trabajo no puede agotar. Mantengámonos pues en las señaladas.
El espectáculo:¿ realidad posible?
Detrás de la orgía de las imágenes, el mundo se oculta, se disfraza…
J. Baudrillard
… la vida es sólo un mandato de goce, un juego de azar, donde triunfa el rico, huelgas, miedos a guerras reales o fingidas…, el trabajo es sólo el medio de satisfacer los apetitos, el pueblo ocupado vive de lo súbito, es espectáculo la pujanza, incita a desearla y a temerla… Qué significa la muerte ante la prodigalidad, los banquetes pomposos, las tiendas resplandecientes, las ventanas ornadas y el regocijo?
José Martí.
Escenas Norteamericanas
Para realizar juicios es pertinente e imprescindible determinar cuáles son las distinciones y coordenadas, los referentes y enclaves que usamos para designar ese algo, ya sea denominación o cualidad. Por tanto el punto de partida sería intentar responder a las siguientes preguntas:¿Que entender por espectacularidad?, ¿Es pertinente o necesaria la espectacularidad?, ¿Es pertinente en un informativo alternativo, contrahegemónico?
El análisis sobre el espectáculo, nos coloca ante un imperativo del saber actual: su carácter ambivalente y difuso, que corresponde con lo hipotético que debe y caracteriza al saber como construcción de sentido. El saber que permite dialogar dialécticamente con los contextos cambiantes y en construcción que vivimos, y que se expresan en las prácticas y relaciones de los sujetos sociales. La negación de tales supuestos fue característica del pensar elitista, normativo y excluyente que intentó desde el occidente fragmentar y establecer el mundo a su imagen y semejanza (todavía lo hace). Por tanto desde las alternativas, el entender el pensamiento como ejercicio de liberación ante la colonización del mismo sería un excelente ejercicio.
Por otra parte al determinar como distinción “la ambivalencia”, suponemos , en el estudio y construcción del saber, el análisis crítico de los procesos que nos pertenecen en el contexto actual, la existencia y evolución de ellos en la “negatividad” y “positividad”, en el carácter regresivo y progresivo que lo estructuran en el “cambio” como procesos de identidad en la diferencia. Tanto los medios de comunicación como sus prácticas existen a un tiempo, como formas liberadoras del existir de los sujetos y actores sociales por tener “en potencia” las vías y modos de una conexión humana planetaria, una forma de discusión y comunicación soñada en las mas poéticas y serias utopías del vivir e incluyen también el sentido de exclusión, fragmentación, soledad e individualización negativa de que los provee la sociedad actual de la cual son hijos.
El peso de tal proceso ha dado un nuevo “valor” a la espectacularidad, una de sus “distinciones” lo que determina que sea analizado como:”…. un dispositivo privilegiado de los programas de entretenimiento, que se está transformando en la función dominante…. lo espectacular es una cualidad que está impregnando todos los formatos…lo que significa que: para que haya espectáculo tiene que haber una mirada expectante del espectáculo, un “espectante”.[1]
Sin duda esto significa, no poder realizar un análisis correcto si separamos “el espectáculo” de la maraña de relaciones en las cuales existe: el “expectante”, lo espectacular y lo espectáculista, e incluso, quien, cuando y en qué condiciones hay un expectante, distinción que no parece exagerada, porque podremos tener espectadores pero para ser “el expectante”, debe querer, gustar, sentir el placer y decidir por el espectáculo.
Sin excesivas complicaciones, propongo dos miradas primeras sobre la explicación de que es un espectáculo:
La primera es la que se dice hoy más cercana al sentido común, quizás la que encontremos en algún diccionario o enciclopedia especializada y cuyo centro sería, la consideración del espectáculo como:la puesta en escena de una representación acentuada (exagerada, si se quiere) que busca atraer la mirada, llamar la atención del espectador con la presentación de una exhibición excesiva, aquello que se ofrece a la vista o a la contemplación intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos más o menos vivos o más o menos nobles. Se dice también de aquello que es: aparatoso, dramático, fastuoso, sensacional, grandioso, espléndido, llamativo, vistoso, lo que es una diversión, que tiene como cualidad al sensacionalismo, sofisticación, artificiosidad y la aparatosidad. En definitiva tiene la cualidad de exhibitivo.
Esto, de alguna forma, depurándolo del “todo vale”, me hace recordar la valoración martiana sobre lo que denominó “lo herédico”, como lo relativo a la literatura de Heredia.[2]
Esa alma que se consuela, es movimiento a la vez arrebatado y armonioso, ese lenguaje que centellea como la bóveda celeste, ese período que se desata como una capa de batalla y se pliega como un manto real, eso es lo herédico, y el lícito desorden, grato en la obra del hombre como en la del Universo, que no consiste en echar peñas abajo o nubes arriba la fantasía, ni en simular con artificio poco visible el trastorno lírico, ni en poner globos de imágenes sobre hormigas de pensamiento, sino en alzarse de súbito sobre la tierra sin sacar de ella las raíces, como el monte que la encumbra o el bosque que la interrumpe de improviso, a que el aire la oree, la argente la lluvia, y la consagre y despedace el rayo. Eso es lo herédico, y la imagen a la vez esmaltada y de relieve, y aquella frase imperiosa y fulgurante, y modo de disponer como una batalla la oda, por donde Heredia tiene un solo semejante en literatura, que es Bolívar.[3]
La distinción de lo herédico señala una forma, en este caso de decir, en la poesía y en la literatura que va más allá de la exaltación común hacia un tema. Sus efectos suponen una empatía “expectante” hacia lo que se dice logrado a partir de los recursos poéticos con intención de exaltación. Es esto lo que Martí señala como “recurso”. Más allá, era su propósito, que tanto la poesía como los discursos políticos fueran capaces de arrastrar al “expectante” a través de tal exaltación.
En este sentido habría que estudiar tal asunto, despojados de un prejuicio excluyente hacia el espectáculo.
Pero hay una segunda mirada al espectáculo. Esta mirada ha tenido, sin duda un peso especial en las formas de analizar y valorar el espectáculo, lo espectacular, lo espectáculista en el mundo actual y ha sido punto de confrontación en el análisis de la información y los medios, trascendiendo a la política, la cotidianidad, las prácticas artísticas y en general al ser y existir del hombre actual, sobre todo después de la segunda mitad del siglo XX.
Los críticos, estudiosos, e interesados, toman como referencia el libro “La sociedad del espectáculo” de Guy Debord, cineasta y líder del que se denominó Movimiento Situacionista acompañante del mayo Francés. Ese Movimiento que propugnaba en su Manifiesto: “El desarrollo de la sociedad de clases hasta la organización espectacular de la no vida conduce pues al proyecto revolucionario y a ser visiblemente lo que ya es esencialmente….”[4]
Este mayo francés se extendió como pólvora por el mundo incluso en nuestro continente, la película mexicana Rojo amanecer, lo recuerda. Los estudiantes se erigieron en grupo radical revolucionario y en nombre de la cultura revolucionaria, en contra de todo dogmatismo y en contra del capital y su significado de dominio total inauguraron los graffiti como armas de lucha y de información alternativa junto a las piedras y encima de las piedras.[5] Miguel de Certeau, el teórico de lo cotidiano afirmaba; En mayo del 68 nos tomamos la palabra, así como en 1789 nos tomamos la Bastilla.[6]
Es este es el contexto convulso que acompaña al famoso libro de Debord, La sociedad del espectáculo. Sólo haré una breve síntesis de sus ideas fundamentales:
- El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se transforma en imagen
- no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas, mediatizada a través de imágenes
- información o propaganda, publicidad o consumo directo de entretenimientos, el espectáculo constituye el modelo actual de la vida socialmente dominante
- la sociedad surge en el espectáculo y el espectáculo es real.
- es a la vez resultado y proyecto del modo de producción existente
La esencia del pensamiento de Debord sobre el espectáculo es la mercancía: El espectáculo señala el momento en que la mercancía ha alcanzado la ocupación total de la vida social. La relación con la mercancía no sólo es visible, sino que es lo único visible: el mundo que se ve es su mundo
De tal forma la sociedad del capital es por esencia espectáculista, La conciencia del deseo y el deseo de la conciencia conforman por igual este proyecto que, bajo su forma negativa, pretende la abolición de las clases, es decir la posesión directa de los trabajadores de todos los momentos de su actividad. Su contrario es la sociedad del espectáculo, donde la mercancía se contempla a sí misma en el mundo que ha creado. [7]
Para Debord es el mundo del deseo, donde el dinero es, pero el deseo lo sobrepasa. Poseer, identificarse se ha convertido a través del espectáculo en la identidad de hombres y mujeres, en forma de vida, por supuesto como propuesta. Ha sido juzgado por la teoría posterior y actual como apocalíptico.
Pero existen sin duda otras miradas opuestas sobre este asunto.
Parten de lo que ya adelantaba el Situacionismo, la existencia de un proyecto global de ocupación indiferenciada en clases, grupos, regiones o países, lo que supone que hemos llegado a “la sociedad de la información, a la modernidad liquida, a la sociedad de red, a la sociedad transparente, la sociedad del acceso, a la sociedad de la cultura de masas” y otras tantas denominaciones que hacen absurdo la propuesta de una alternativa opuesta a esta ocupación total de las formas de existir , vivir e identificarse de hombres y mujeres en una sociedad global.
Parten entre otros, de un gran teórico liberal del siglo XIX, con el cual polemizara Martí, Spencer,[8] y de un poeta y teórico controvertido en su época, que debe ser valorado y releído, Bataille.
Para el liberalismo como para el neoliberalismo la sociedad debe funcionar a través del mercado, otros tipos de agenciamientos o pertenencias sociales deben existir por separado del mercado, él es el único garante de la libertad del ciudadano y por supuesto de su independencia. Bataille encontró el concepto de “lo indecible” para caracterizar a todos aquellos valores trascendidos de la modernidad y “el exceso” para la nueva sociedad transformada, que al fin debía entender que “lo suntuoso” era legítimo y que por eso la economía política debería realizar estudios sobre lo que denominó “gasto Improductivo” aquel que se realiza para satisfacer el deseo y la seducción.
Hijos de esta propuesta son los sociólogos franceses e ingleses que estudian sobre la soberanía y la libertad del consumidor( la libertad de salir de compras), que son a su vez las bases epistemológicas fundamentales de los denominados Estudios Culturales que a su vez son las bases teórica-criticas de las cuales parten los sociólogos y teóricos que mas se citan y analizan en nuestras investigaciones continentales y nacionales, por ejemplo Canclini y Barbero entre otros.
Entre estos, sociólogos franceses e ingleses podríamos citar a Mary Douglas, que declara entre sus fuentes mas importantes a Spencer. Para ella, el consumismo forma parte de un estilo de vida altamente competitivo… que necesita rodearse permanentemente de lujos con el propósito de exhibir recursos, Campbell, que apunta que los consumidores contemporáneos no tienen un deseo insaciable de adquirir objetos …su motivación básica es el deseo de experimentar en la realidad los dramas placenteros que ya han disfrutado en la imaginación, y Falk, que recuerda que: el concepto de sujeto ha sido sustituido (no eliminado) por el concepto de cuerpo. La propuesta de este “metarrelato de sociedad posmoderna y global” es que: el consumismo, el deseo y la seducción son signos de hombres y mujeres que viven una vida plena en la sociedad global, el consumo es signo de soberanía y libertad, y este es el proyecto total, quien no se asimile está fuera.[9]
En ese texto paradigmático, en su momento[10], Eco hablaba de apocalípticos e integrados, ya hoy las imbricaciones son más complicadas.Hoy se oyen aun las afirmaciones de Debord pero agravadas por la madurez y ahora crisis del capital, expresando su extensión y modificación a través de los medios de información que se implican como un poder.
Así Baudrillard va más allá de Debord, cuando cínica pero amargamente determina en su ensayo “El terrorismo”: El espectáculo del terrorismo impone el terrorismo del espectáculo. Cualquier masacre les sería perdonada, si tuviera un sentido, si pudiera interpretarse como violencia histórica -éste es el axioma moral de la buena conciencia. Cualquier violencia les sería perdonada, si no fuera relanzada por los medios de comunicación (“El terrorismo no sería nada sin los media”). Pero todo esto es ilusorio. No hay buen uso de los medios, los medios hacen parte del evento, hacen parte del terror, y juegan en uno u otro sentido.[11] Porque, en fin, explica: Somos sensibles a la manifestación fantástica de una sociedad capaz de rebasar la estricta necesidad de los productos en la superfluidad de las imágenes, somos sensibles a su virtud de espectáculo (que es también, a este respecto, el más democrático de todos), de juego, de puesta en escena[12]. Para Baudrillard, desaparece la realidad, la historia, todo es un simulacro, el mundo es sólo el mundo de las imágenes que se consumen a través del espectáculo de la pantalla.
En el análisis internacional estas posturas han sido ampliamente criticadas, pero no puedo dejar de hacer una mínima digresión.
El Libro la Sociedad del espectáculo es heredero del pensamiento más lúcido de finales del siglo XIX, y de la mitad del XX. Pero no es sólo pensamiento lo que hereda. Es también acontecimiento histórico.
Afirmaba la novelista Nathalie Sarraute “¿ Que historia inventada podría rivalizar con las narraciones de los campos de concentración …?”
Del acontecimiento nació una generación de brillantes pensadores y críticos, de posturas diversas pero unidos en el propósito de analizar qué había pasado con el desarrollo del capital, durante y después de las dos Guerras Mundiales, y sobre todo cómo repercutía en la vida considerada humana. Fue la denominada Escuela Crítica.
Para Walter Benjamin, quien entendió la filosofía de forma peculiar: ”una filosofía que no incluya la posibilidad de adivinar a partir de la borra del café y que no pueda explicar esto, no puede ser una verdadera filosofía. (Benjamin, en Scholem), lo que supuso la crítica de su escuela, porque según Adorno, Benjamin pretendió mostrar el mosaico más acabado y sugerente del cambio epocal de la modernidad en su existencia de “transeúnte” por los Pasajes de París.
Para Benjamin:“El pasaje es la calle sensual del comercio, hecha sólo para provocar el deseo. […] en esta calle las linfas vitales se represan, la mercancía prolifera a lo largo de las fachadas de las tiendas, conectándose en nuevas y fantásticas relaciones, como en un tejido ulcerado”[13]
La transformación, madura ya, de una sociedad que ha usurpado la territorialidad subjetiva al convertir “lo sagrado” en objeto de compra y venta, hablando a la sensibilidad, el placer y seduciendo a través del espectáculo. Es como se ha dicho el fetichismo de segundo orden la trasmutación , a través de la colonización y desborde, el proceso de osmosis entre lo cultural y lo económico.
Es desde esta mirada con la que se refiere al espectáculo que como judío juzga de la puesta en escena que el fascismo madura y usa para seducir con su discurso: Este es el esteticismo de la política que el fascismo propugna-decía-…Su autoalienación ha alcanzado un grado que le permite vivir su propia destrucción como un goce estético de primer orden[14].
Mucho antes, a finales del siglo XIX, el economista Veblen[15] señalaba la conversión de la sociedad norteamericana en “la del consumo ostentatorio” y José Martí, nuestro Martí cualificaba a tal sociedad como “un pueblo de astros”.[16]
Es decir la madurez de estos signos de transformación de la sociedad en espectáculo, donde el consumo se convierte en hecho cultural , los productos existen primero como imágenes de seducción en campañas publicitarias que en las propias cadenas de producción de las industrias, las industrias son de la subjetividad y crece el sector de los trabajadores de las esferas de la subjetividad y lo simbólico que aporta sustancialmente al crecimiento económico de los países, esta maduración o a esta maduración corresponde el concepto de espectáculo del que vamos conversando en esta segunda mirada cuyo centro es Debord.
Llegados aquí podríamos preguntarnos: Entonces ¿es pertinente el espectáculo en una propuesta informativa otra, alternativa a lo que hoy conocemos globalizado desde el capital? ¿Es necesario?
Veamos entonces una posible tercera mirada que no puede tener otra naturaleza distintiva que:
El reto de las alternativas.
Asimilarse lo útil es tan juicioso, como insensato imitar a ciegas.[17]
El reto supone al menos los siguientes cuestionamientos: ¿Tenemos que utilizar los mismos recursos que criticamos? ¿Cuál debe ser la relación entre producción y consumidor?¿Debe ser formado el espectador, no uniformado? ¿Qué tipo de desarrollo socioeconómico y político puede hacer sostenible a la información como espectáculo?
Esbocemos algunas ideas que tienen como peculiaridad entender que: debemos aceptar un cambio cultural, entender que vivimos en un mundo de interconexión y de flujos de información; que no ociosamente se habla de una era de lo visual; aceptar que ni el consumo, ni la información son los enemigos.
Hay que buscar incansablemente, alternativas de inclusión, de mejoramiento, de diversidad y de conexión en un mundo donde el 25% de la humanidad es desconectada, es decir, ni consumidor ni ciudadano para la sociedad de la información diseñada desde el capital global.
No perdamos de vista que nuestro problema es el espectáculo así que esas preguntas hoy, aquí, nos las hacemos sobre estas condiciones.
La primera idea que parece interesante y hasta determinante procede de Néstor García Canclini. El analiza que: la producción de espectáculos y programas para medios audiovisuales masivos requiere abultadas inversiones, que sin duda los países y que regiones del mundo que no poseen las fuentes de inversión necesaria para esto poseen en cambio una rica y diversa capacidad para la propuesta a escala global de la riqueza de su cultura[18]¿ entonces como resolver tal paradoja?.
Canclini, sin dejar de tener razón simplifica el asunto, así nos propone: La clave es que las políticas garanticen la diversidad cultural e intercambios más equitativos entre las metrópolis con fuerte control de los mercados y los países con alta producción cultural pero económica y tecnológicamente débiles. [19]
El cuestionamiento sería: ¿pero como conseguimos esto?, cuando la oferta y la demanda pertenecen a racionalidades duras, según dice otro investigador ,que proponen a lo cultural y la información como mercancías y según estas leyes?[20]
No debe olvidarse lo que sentenciara Derrida: La autoridad que ejerce el Centro como facultad simbólica procede de las investiduras de autoridad que lo habilitan para operar como “función-centro”, es decir, como punto red que opera “un número infinito de sustituciones de signos” (Derrida 1978) que asegura la convertibilidad y traductibilidad de los signos regulando la estructura de homologación de su valor en base a un código impuesto. La autoridad teórica de la función-centro reside en ese monopolio del poder-de-representación según el cual,”representar” es controlar los medios discursivos que subordinan el objeto de saber a una economía conceptual declarada superior.[21]
Por su parte Barbero afirma que: “En las brechas de la televisión comercial, y en las posibilidades abiertas por los canales culturales, regionales y locales o comunitarios, la televisión aparece como un espacio estratégico para la producción y reproducción de las imágenes que de si mismos se hacen nuestros pueblos y con las que quieren hacerse reconocer de los demás.”[22]
Sabemos de las dificultades con que tropiezan iniciativas como esta. ¿Cómo lo vamos a solucionar?
El problema es que este cuestionamiento no puede ser resuelto sin la relación espectáculo- “expectante”, es obvio que no tiene sentido sin ellos, esto significa una relación compleja y múltiple entre la producción y el espectador y en ella, en esta tercera mirada existen múltiples cuestionamientos y criterios.
Para Canclini, por ejemplo, un requisito es. “Formar públicos y formar ciudadanos”, señala que “No se justifica separar el entretenimiento de la información, ni el negocio industrial de los servicios a la sociedad.”
Y adiciona: “Todos quedamos implicados: economistas, promotores culturales y educadores; empresarios, Estados y consumidores-ciudadanos, comunicadores, especialistas en informática y políticos. De la manera en que articulemos nuestros derechos y compromisos dependerá que en la cultura las diferencias se conviertan para unos en privilegios y para otros en estigmas, que la competencia capaz de impulsar el desarrollo no excluya la solidaridad. “[23]
Podemos en general estar de acuerdo pero ¿permiten empresarios u otros enclaves de financiación esta propuesta?
¿Pueden en realidad los procesos informativos-comunicacionales aceptando las reglas de espectacularidad introducir mensajes que subviertan y se abran a la reflexión crítica?
Y suponiendo que esto pueda hacerse: ¿dónde queda la promesa del placer?
De alguna manera ya admitimos que nuestro “expectante” que vive en el reino de este mundo, sujeto al aprendizaje forzoso o no, casual, o como sea de una industria del espectáculo que cuenta ya con mas de un siglo de existencia requiere de seducción y placer, ¿Cómo le hacemos placentera lainformación?
¿Que sabemos sobre lo que nuestros consumidores de la información consideran placentero? ¿Y por otra parte como los informamos si lo que ofrecemos no les seduce?
Placer y gusto son una relación compleja y multifacético en el mundo actual, es decir lo placentero está relacionado con las facultades apreciativas del espectador ¿sabemos cuales son esas facultades apreciativas? ¿Y si las sabemos consideramos que son las que deben, debemos modificarlas, trabajamos para eso?
Y aquí aparece otro de los cuestionamientos mas importantes de los analistas actuales que miran a favor de necesarias alternativas.
El espectador es: ¿un agente activo o una masa manipulable por formas de comunicación e información con poder?
El consenso señala que en la constitución de la subjetividad del espectador ingresan las competencias culturales y simbólicas, los imaginarios y discursos sociales que la modelan y las condiciones sociales y materiales de vida que la limitan.
Pero el espectador es un sujeto y debe tener la posibilidad de transformar también en la propuesta de la información. Aprueba o desaprueba y tiene el derecho de participar activamente en estas propuestas. La pregunta es ¿puede hacerlo?
Los especialistas señalan que las cualidades no son propiedades de los programas, sino el resultado del encuentro de una propuesta significativa y espectacular con la imaginación del espectador en el proceso de mirar apreciar, gustar.
Me gustaría concluir mencionando algunas afirmaciones de investigaciones cubanos sobre estos problemas. Así Yanet Martinez pregunta; ¿Cómo se hará posible un diálogo entre productores y receptores, que intente superar los roles restringidos que han ocupado estos últimos en el proceso comunicativo propio de los medios de comunicación?[24]
Y Maribel Acosta, una excelente comunicadora cubana, en su tesis[25] afirma: “El ejercicio profesional carece de eficacia para la construcción de un discurso mediático creíble, reflejo de las complejidades de la sociedad cubana actual y, que tome en cuenta las mediaciones que las nuevas tecnologías han introducido en el lenguaje audiovisual, en tanto el carácter cada vez más dialógico de la teleinformación “
Creo que de aquí se desprende el cuestionamiento más interesante.
El espectáculo, lo espectacular tal y como existe, como ha sido diseñado durante décadas ¿podrá o puede dotar a la información alternativa, a un tiempo, de seducción, dar placer y credibilidad?
Lo cierto es que como ciudadanos, vivimos en tal época en que la globalización pesa en el existir cotidiano, en hábitos y preferencias, en la construcción de las representaciones. Que signos y símbolos que pensamos eran construidos privativamente del arte o la política, conforman formas y vías del modo en que la economía usurpa la territorialidad del ciudadano, de los sujetos y sus relaciones. Relaciones de agenciamiento y pertenencia que rebasan los enclaves tradicionales, separando por ejemplo la identidad del territorio, y entendiendo el territorio a las relaciones mundiales o planetarias a las cuales pertenece. Vivimos una transformación del sentido y los valores que se construyen a escala global a partir de una maquinaria de construcción del sentido que impacta a todas las regiones del planeta, y vivimos, en fin, como parte de una estrategia que no es sólo económica o política, sino que se hace simbiótica con una cultura desbordada y un proceso de producción que se inserta en lo simbólico.
Es imposible no aceptar la transformación en la formación de los sujetos sociales desde los enclaves que alguna vez el capitalismo conformó con afanes de austeridad y ahorro, hacia el placer de la suntuosidad, el consumismo que ofrece al parecer soberanía sólo desde los enclaves de la elección en el consumo. Como un dios posesionado de su imperio, quita y da según un proceso que aparece invertido y subvertido en simulacro.
La información, a través de los medios es una fuerza de peso, tanto o más que la economía entendida en sentido tradicional, hoy ella asume los medios.
Entonces deberemos re-analizar y preguntarnos ante el proceso complejo y necesario de construir otro mundo no sólo posible sino necesario, que es inclusivo para todas las generaciones que habitan el planeta, no sólo las por venir, ¿como demostrar que ese mundo necesario es placentero?, y al pensar en las estrategias de cambio ¿como seducir a los sujetos sociales para que juntos lo construyan?
Tanto el espectáculo, como la seducción y el placer pueden adquirir nuevos significados teniendo como base otra propuesta alternativa. Recordemos finalizando ya, qué seduce e impacta en los “Conciertos para la paz”, o lo que place en las concentraciones de “Las madres y abuelas de la Plaza de Mayo”, en las representaciones y espectáculos cuando asumen el estar con todos los excluidos del planeta.
Quien sabe si Agamben tenga razón cuando nos habla de “La comunidad que viene”, y afirma que la tarea política de nuestra generación debe ser, “seleccionar en la nueva humanidad planetaria aquellos caracteres que permitan su supervivencia, remover el diafragma sutil que separa la mala publicidad mediática de la perfecta exterioridad que se comunica sólo a sí misma” [26]
[1] Hugo Berti en su trabajo” La experiencia del espectador” http://www.ull.es/publicaciones/latina/aa2000kjl/w34oc/48s5hugo.htm
[2] Obras Completas. José Martí. Editora Ciencias Sociales. T 5, p.36
[3] T5, p 136
[4] Manifiesto del Movimiento Situacionista .Publicado en el No. # 4 de Fuera de Banda: Situacionistas: ni arte, ni política, ni urbanismo, bajo el título “Revolución y contra-revolución en la cultura moderna”.
[5] ( los grafittis del mayo frances)«La emancipación del hombre será total o no será», «Nuestra esperanza sólo puede venir de los sin esperanza», «El derecho de vivir no se mendiga, se toma», «Decreto el estado de felicidad permanente , «No me liberen; yo me encargo de eso», «Si piensan por los otros, los otros pensarán por ustedes», «La imaginación toma el poder , «Olvídense de todo lo que han aprendido, comiencen a soñar , «Abajo el realismo socialista, viva el surrealismo», «viole su alma mater», «La cultura es la inversión de la vida, «La alienación termina donde comienza la de ustedes , «Las armas de la crítica pasan por la crítica de las armas», «civismo rima con fascismo , «La barricada cierra la calle pero abre el camino», «Vuelve Heráclito. Abajo Parménides. Socialismo y libertad»
[6]
[7] Debord, Guy. La Sociedad del espectáculo. Maldeojo para el Archivo Situacionista Hispano (1998).
[8] Martí, José: T15, p. 383. “Por su cerrada lógica, por su espaciosa construcción, por su lenguaje nítido, por su brillantez, trascendencia y peso, sobresale entre esos varios tratados aquel en que Herbert Spencer quiere enseñar cómo se va, por la excesiva protección a los pobres, a un estado socialista que sería a poco un estado corrompido, y luego un estado tiránico.
[9] http://www2.uah.es/vivatacademia/anteriores/n32/sociedad.htm
[10] http://comunicacion.idoneos.com/index.php/336369
[11] Baudrillard, J: Traducción Bruno Mazzoldi. *Publicado Le Monde - 2.11.2001
[12] Ídem
[13] En http://www.cmq.edu.mx/documentos/Revista/revista6/Hiernaux_est_volII_num6_1999.pdf
[14] Benjamin, Walter: La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Publicado en BENJAMIN, Walter Discursos Interrumpidos I, Taurus, Buenos Aires, 1989.
[15] http://www.sindominio.net/ash/espect.htm
[16] Ver Pino , Alicia. De la modernidad al modernismo. Revista Ciencias Sociales. No. 42. Instituto de Filosofía. Cuba
[17] T 12, p 378
[18] http://www.oei.es/noticias/spip.php?article3311
[19] García Canclini, Nestor: TODOS TIENEN CULTURA: ¿QUIÉNES PUEDEN DESARROLLARLA?. http://www.oei.es/noticias/spip.php?article3311
[20] 20 grupos multimedia: ocho de los Estados Unidos, dos de Alemania, dos de Japón, dos de Francia, dos de Reino Unido, uno de Australia, uno de Holanda, uno de Canadá y uno de Luxemburgo . LA facturación global del sector audiovisual y su reparto según regiones: Estados Unidos, 55% del total mundial, la Unión Europea el 25%, Japón y Asia el 15%, e Iberoamérica apenas el 5%. El promedio de producción diaria de noticias de las agencias internacionales es el siguiente: AP: 17 millones de palabras por día; UPI: 14 millones; Reuters: 1,5 millones y AFP un millón.
[21] http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/universidad-sin-condicion.htm
[22] Ídem anterior
[23] Ídem anterior
[24] Martínez Toledo, Yanet : En busca de fisonomías de receptores para productores de televisión en Cuba.
[25] Ejercicio de Tesis para la obtención de Grado en Doctor en Ciencias. 2009
[26]http://www.scribd.com/doc/6782103/Giorgio-AgambenLa-Comunidad-Que-Viene