“La memoria construye el pasado discursivamente y lo hace desde espacios de enunciación múltiples, cuya marca nos interesa pensar como colectiva; ella refiere al pasado, y al hacerlo resiste, pone en cuestión las narrativas formuladas desde los poderes simbólicos, materiales, fácticos; además, señala sus efectos, es decir, tiene una dimensión crítica.
De esta manera, la memoria se hace acompañar de la potencia política (retórica) del discurso, de la fuerza de invención colectiva la cual promueve relaciones que cuestionen el orden de la experiencia, las narrativas vencedoras (Benjamin) y aquellas que intentan apropiarse del sentido. Su acción crítica nos permite reparar en aquello que acusan los silencios, busca enfatizar lo que ha sido borrado, obliterado.
Pero las memorias –por ejemplo de las luchas– son disputada discursivamente por fuerzas que buscan apropiarse el decir sobre el pasado y del orden que éste ayuda a instaurar, recordemos que el archivo instituye y conserva (Derrida).”
Parte de la presentación al número de Circe Rodríguez
En el número aparece dos artículos de integrantes del #SeminarioAE: